Amig@s, el verano toca su fín, y la rutina vuelve a Peralta.
Se acabó las risas de los más pequeños por las calles y en la plaza,
se acabó vuestro ir y venir del café a lo largo del día.
Dedicada para tod@s los que haceis Peralta, espero que os guste.
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos, más el destino nos presenta a otros amigos, amigos del alma y del corazón los cuales no sabíamos que se irían a cruzar en nuestro camino, son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Más tambien hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.
Se acabó las risas de los más pequeños por las calles y en la plaza,
se acabó vuestro ir y venir del café a lo largo del día.
Dedicada para tod@s los que haceis Peralta, espero que os guste.
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos.
Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos, más el destino nos presenta a otros amigos, amigos del alma y del corazón los cuales no sabíamos que se irían a cruzar en nuestro camino, son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.
Más tambien hay de aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.
Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Te deseo hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.